A veces cometemos demasiados fallos, de vez en cuando rozamos los límites y por culpa de nuestra irresponsabilidad hacemos daño a otras personas.
Eso es lo que más detesto de mi, el hacerle daño a una persona. El sentimiento de culpabilidad me llena y me entorpece el seguir hacia delante. Pero el corazón nunca miente, y mejor aclarar las cosas antes de que todo vaya a peor.
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