domingo, 2 de octubre de 2011

Piérdete.

Cuando sientas la necesidad de gritar, hazlo. Cuando sientas la necesidad de hablarle, háblale las consecuencias
vendrán más tarde. Cuando sientas la necesidad de cambiar el plan, de salir de la rutina, hazlo ¿qué más da?
Piérdete en ese camino, piérdete en ese lugar que nunca pisas, piérdete con todas las consecuencias. Por un momento haz lo que quieras, piensa lo que quieras, di lo que quieras si es eso lo que necesitas.
Solo piérdete, pero sin perder el camino de vista.

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